De la historia a la carta: un poco de vino para disfrutar - O Largo da Costa - Restaurante en Vigo
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Desde finales del siglo pasado, las bodegas industriales coexisten con la viticultura familiar y la de autor ofreciendo algunos de los mejores vinos que se pueden disfrutar en una mesa. Pero si la historia te aburre y prefieres ver el resultado final, en O Largo te ofrecemos una amplia carta de vinos

Cuenta una leyenda popular que el apóstol Santiago echó una maldición sobre la tierra de Galicia para que no diese más vino. A pesar de eso, la nuestra es hoy una tierra con un rico patrimonio vinícola. La orientación, el suelo y el clima privilegiado de los valles fluviales gallegos favorecieron la creación de los paisajes por los labradores que empezaron a roturar el monte y las tierras baldías para plantar y cultivar viñas.

El lagar rupestre en el Castro de Santa Lucía de Astariz (Castrelo de Miño) sitúa el cultivo de la vid en Galicia por lo menos en el siglo III d. C. Ya en la Edad Media el paisaje empezó a cambiar con la llegada a Galicia en el siglo X de las primeras órdenes monásticas, impulsoras de la producción de vino. Mediante los foros, los labradores trabajaron las tierras de los monasterios a cambio de una renta, generalmente en especie, con el deber de ganar nuevos terrenos para dedicarlos a la vid.

Con el paso de los siglos, la producción se fue estandarizando, haciendo del vino un próspero negocio, cada vez más demandante de tecnologías y mejoras para combatir las plagas y para mejorar el margen de beneficio de los productores. Así, a lo largo del siglo XX se van incorporando nuevas herramientas mecánicas, fitosanitarios y técnicas como el abono químico, se comercializan barbados y portainjertos y se aplican principios de la agronomía moderna que elevan el rendimiento.

Al mismo tiempo, comienza la mecanización del campo mientras que surge un movimiento social decisivo para el futuro de Galicia: el agrarismo, que dirigió, entre otras, la lucha contra los foros y facilitó la alfabetización de los viticultores y la introducción de novedades técnicas.

Desde finales del siglo pasado hasta la actualidad, las bodegas industriales coexisten con la viticultura familiar y la de autor ofreciendo algunos de los mejores vinos que se pueden disfrutar en una mesa. Pero si la historia te aburre y prefieres ver el resultado final, en O Largo te ofrecemos una amplia carta de vinos, para tomar solos o para acompañar con los mejores productos gastronómicos. ¿A qué estás esperando para venir a disfrutarlos?

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